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martes, 13 de noviembre de 2007

LFQC vence a Chuleta en extraño partido

Llegamos los que vencimos el letargo, nos cambiaron la cancha, nos robaron la pelota, terminamos jugando con un globo, y contra todo pronóstico, le dimos una tunda al rival (10-5), con notables actuaciones de Patolín y Taipín.

Al empezar el match, Chuleta debía darnos un galleta para poder jugar 6 contra 6. Cada jugador rival se asignó un número y LFQC debía decir cuál elegía. Nunca pensó Taipín que el mágico número "3" lo salvaría de una derrota aplastante.

El juego se inició raro. De partida, al toque Quesos agarró la manija del partido y comenzó a tocar y tocar (lo que es muy raro, más si no estaban Tato ni Cristóbal). En breve llegó el primer gol de Taipín y no mucho después el de Patolín. Ambos, se hicieron un picnic en la mitad de la cancha, y cada uno coronó su faena con sendos 2 goles.

Habría más. Todos los jugadores de Quesos marcarían. Tati y Andrés de penal (dos manos groseras de Renato para salvar goles seguros), Max en dos grandes arrestos ofensivos y Gabriel –quien inicia una senda goleadora– luego de un preciosismo de jugada colectiva (la tocamos todos) que coronó con un chimbazo al arco (grande Gabo!). Para los 10, se suma un pelotazo de Andrés desde el área propia que Ian no logra despejar y que se coló mañosamente en al arco.

Luego de esta pichanga, sin grandes nervios y muchos eventos (el más notable el robo de la pelota, luego de que se cayera a la calle, por parte de un avispado cara de raja a quien no atinamos ni a insultar), la camaradería se dio al sabor de unas cervezas, bebidas en la cancha y unos postreros shops en Plaza Italia, brindados por Cote, Andrés, Taipín y Taipei, a la espera de las 12 para saludar a este último por su cumple.

AVISO: quedamos de hacer el asado el día sábado 17 en la casa de Nacho. Se convoca a Quesos a que nos organicemos para una caza de perros, gatos y ratas acorde a la prosapia de nuestros comensales.

Uno x uno

LFQC
Andrés: un tirón en el muslo lo relegó al arco, donde respondió con seguridad, aún cuando no faltaron torpezas propias del que no conoce el puesto.

Max: notable en la marca y en la salida. A partir de él se creó el fútbol quesísitico.

Gabo: su mejor partido por Quesos, coronado por un golazo. Cada vez juega mejor.

Tati: factor de descuelgue y quite, respondió con fiereza y orden. Se comió un pelotazo en el ojo horrible por parte de –quien más podía ser– Renato.

Taipín: contratado! jugó el mejor partido que se le ha visto, y con los colores de Quesos, siendo un factor de riesgo indisoluble en tres cuartos de cancha hacia arriba. Nada tiene que hacer en Chuleta.

Patolín: la estrella de la noche. La aguantó, jugó con criterio, marcó, hizo goles, y hasta corrió. Un crack que se asegura un puesto en delantera.

Chuleta
Renato: deslucido y desganado, no tuvo los nervios como para optar a algo más.

Ian: el sobrino de Renato, tal vez el más chico que haya jugado estas pichangas, promete éxito para nuevas generaciones chuletísticas, pero en esta ocasión no pudo gozar. "Tío, por qué eres tan malo", se escuchó que espetó al terminar el match.

Nacho: impreciso como nunca, se perdió en el pelotazo indiscrimando y el carrerón sin destino.

Taipei: desde hace tiempo que es lo mejorcito de Chuleta, pero su empuje y movilidad no entusiasmó a su exánime equipo.

Horacio: le puso empeño, pero falló en el área.

Cote: deslucido, como sus compañeros, recibió un cabezazo brutal que le dejó un chichón de pateadura. Renato lo dijo bien "ahora que fue más grave lloraste harto menos que la otra vez", recordando un patadón que lo asustó más que el cuco la vez pasada.






1 comentario:

renato dijo...

Muy buena crónica, nada que agregar. Sólo saber si se animan a otra apuestilla