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miércoles, 30 de enero de 2008

tuki rompe la tregua

Actualización: estimados amigos, tuki me solicitó que no sembrara dudas malsanas, así que reconozco la existencia de matías (corralito), y la legitimidad de su preferencia (sobre gustos no hay nada escrito). Así que por favor, lo de a continuación léase en tono de chunga cizañera (que siempre fue esa la intención).

una vez lanzado el desafío payístico, el hábil en matrañas de tuki se puso a –como se dice en política– operars... lanzó en su blog una encuesta y llamó a sus amigos para que votaran en ella (qué pichiruche habrá ofrecido?), y hace poco un tal "corralito" aparece dándole un punto como el más pay(j)ero. Tuki insiste que el tipo existe, que es un antropólogo chilien que vive en parís... será, y veremos en consejo si su voto vale. Está en duda no porque dudemos del amigo imaginario de tuki, sino porque quedamos los payeros en desafío (tuki, cristián y moi) que lanzaríamos nuestras payas el viernes, al unísono, para que luego vote el populus...


En fin, como gana el más votado, los conmino, amigos y amigas, a participars, y que gane el más mejol (o el más matrañero, o el con más a amigos).

Salúc

Nota: los puntos valen cuando el comentarista manifiesta una preferencia y señala un verso o estrofa, explicando por qué es de calidad superior. No hay pa' qué votar en alejandrinos ni endecasílabos, igualmente sirve el castellano.

viernes, 25 de enero de 2008

paya desafío mayor

leer de tuki: la amistad queda intocada

Respóndanme ¿qué respuesta

daría un sabio a estas bestias?
la que diste es bien correcta
no arrisquemos más las crestas

parecíamos gallitos
¡métale volando plumas!
eso era de cumas
flaites, dujas y garitos

volvamos al cultivo
de frases ingeniosas
piropos pa las musas
chuchás pa los altivos

que reine la amistad
y no acabe la maldad
mira que a mi edad
la inocencia es necedad

propongo entonces claro
un jueguito siniestro
en el que el más diestro
alumbrará como faro

se trata, par de rotos
de describir una mujer
la que te rompe el escroto
la que te deja sin comer

el que más se acerque a un sueño
¡al podio! ¡medallas y laureles!
a cada buena estrofa: punto y guiño
ojo: no se aceptan los jureles

los puntos los dan los amigos
que se animan y dejan comentario
explicando por qué ese higo
es más mejor que varios

¿les parece, se les chupa?
a más ideas, menos brutas

Episcolario 6

Por GB, desde Iuneit Esteit

Andrés,

Trabajar dignifica, pero no trabajar dignifica todavía más. Después de
todo, hay personas que han tenido un empleo estable por décadas y sin
embargo su productividad y aporte a la vida en el planeta valen lo
mismo que un billete de Metrópolis. No por tener trabajo vas a dejar
de ser un lastre al centro gravitacional de la Tierra, que es la
impresión que me merecen esos empleaduchos (y conocemos varios) a los
que les gusta sacar en cara que trabajan "todo el día" y que se sacan
"la cresta" trabajando. ¿Para qué sacarse la cresta?

Sé que hay gente que se realiza a través de su trabajo, que le encanta
su pega y para la cual cada día en la oficina es un desafío. Aunque no
comparto su opinión, la respeto. La respeto tanto como a la gente que
cree en los ovnis. Es decir, no la respeto pero finjo aceptar su
postura y me digo a mí mismo que "están en su derecho" pese a que no
los entiendo (y no, en realidad no están en su derecho de pensar
huevadas). ¿Cómo puede tu felicidad depender de tu trabajo o bien cómo
tu trabajo va a ser parte tan importante de tu felicidad?

Tampoco comprendo a los tipos que se ufanan de su puntualidad o de
nunca enfermarse ni haber "faltado un sólo día al trabajo". ¿De qué te
sirve llegar temprano 15 o 20 minutos antes y cuando dan las 9 de la
mañana tener todo listo para empezar el día? ¿A quién le importa?
¿Cuándo te mueras lo van a poner en tu lápida? Mientras fui a la
universidad en este país tuve una serie de trabajos distintos. En
todos ellos me hicieron pasar por un seminario de acoso sexual y otro
sobre la filosofía de la compañía (puros slogans y máximas de tarjeta
Village), sin contar la entrevista con recursos humanos para hablar de
mis "metas" y "objetivos". Después de esos lavados de cerebro dignos
del "Tratamiento Ludovico" de "La Naranja Mecánica", no puedo tomar en
serio ningún trabajo, sobre todo porque éste es el tipo de estupideces
que después copian en Chilistán para sentirse más país ABC1.
Actualmente tengo el mejor trabajo posible o al menos el mejor que
haya tenido en mi vida. Las condiciones son insuperables y hasta la
gente es buena onda pero si me das a elegir entre seguir trabajando o
vivir de alguna jubilación mágica, siempre voy a escoger la quimérica
segunda opción.

Uno de mis criterios para buscar empleo siempre ha sido, aparte del
sueldo, qué tanto me van a hacer trabajar. Mientras más alto el
primero y más bajo el segundo, mayor es mi felicidad. Nada de
satisfacción profesional, autorrealización o alguno de esos conceptos
estúpidos de libro de autoayuda. Mi felicidad se basa en cuánto tiempo
libre me queda para mis propias cosas, como leer, escribir, tomar
cerveza, practicar algún deporte, juntarse con amigos, la familia,
etc. Es decir, mi vida de lunes a viernes comienza a las seis de la
tarde, cuando salgo de la oficina.

Ezra Pound decía en su libro el "ABC de la Economía" (que no tiene
nada que ver con Abastible) que la jornada laboral no debe pasar de
las cuatro horas diarias. Por otro lado, Ezra Pound pasó gran parte de
su vida en un manicomio. Por lo menos al tipo lo encerraron a la
fuerza. Uno va a la oficina voluntariamente.

Saludos.

miércoles, 23 de enero de 2008

Episcolario 5

Míster:

Con calor no hay caso.

Entiendo perfectamente al protagonista de El Extranjero que se pitió un árabe porque tenía calor. Ya sabía ya que el trabajo es un castigo divino. Lo dijo claro el mandamás a adán, "pagarás con el sudor de tu frente". Eran otros tiempos, en los de ahora, de oficinistas curcos, se paga con el sudor de las bolas, de tanto estar sentado frente a una pantallita. En definitiva, nunca voy a entender frases tales como "el trabajo dignifica" o –peor– "el trabajo hace libre". Si fuera digno y libre, hace rato estaría en la fuente alemana en calzoncillos, en vez de estar acá escribiendo estas languidecencias. Bien. Es cierto, debería estar trabajando, que pa'lgo me pagan, pero –juro por todos los santos del cielo– que si pudiera venir con shores y polera, mi rendimiento sería mayor, y probablemente ahora no tendría nada imperioso que decirte.

Empecé esta carta con el talante de mi amigo Patolín, quien en su blog las arremete contra todos los grisoscuros de la "vida" laboral. Y en verdad, desde que empecé a trabajar con la formalidad debida, han llegado varios flashbacks provenientes de los tiempos del liceo, en los que había que despertarse todos los putos días a una misma hora, usar una ropa claramente impuesta y hacer el amén a un alguien que está por encima tuyo. Lo peor de todo, es que esos tiempos "dorados" estaban diseñados para preparar al pupilo para una vida tinterilla como ésta. Samsa.

Este rato, frente al computador, siento que escribo para sublimar la libertad que en verdad no tengo, robándole –en una paradoja insoportable– una hora de MI tiempo al trabajo. Leo actualmente Plexus, de Henri Miller, que da cuenta del periodo en que se decidió a ser escritor, justo después de abandonar su puesto en la Compañía Cosmodemónica. Es una historia vital, que empuja e inflama el poder de la voluntad. Estoy lejos de dejarme arrastrar por ese tipo de ejemplos, pese a que mis ganas de mandar a dar por culo (¡es el calor!) todos los cursos por los que transcurre el éxito profesional. Lo haría, si tuviera una moderada sensación de seguridad de alcanzar otro tipos de logros importantes (hasta ahora nada bueno me ha traído ser capaz de tomarme hasta el agua del florero sin caer rendido ni dar jugo, lo que me recuerda una vez que mandé un currículum donde puse entre mis competencias la capacidad de ingesta de 5 litros de cerveza al hilo, jajajaja, menos mal que se lo tomaron a bien).

Quizá el problema está en que aún no sé distinguir lo importante y me mareo. O peor, no sé bien si existe algo realmente tan importante. No es por ponerme existencialista (pese al calor), pero la posteridad, la admiración y la gloria me parecen pálidas metas al lado de algunos placeres muy mínimos y evanecentes, como andar curao en bicicleta una noche de verano por avenida Irarrázaval. Cierto, para esos placeres mínimos requieres de mínimos recursos (de partida la bicicleta), que no nos llegan como a Juanito Yarur, y ahí entra a tallar el trabajo.

Muchas veces me he puesto a divagar acerca de qué haría si me ganara el Loto. Ciertamente dejaría mi actual trabajo de consultor (que cuando más entretenido es se parece a jugar ajedrez), pero a los tres meses de rascarme la guata no sabría qué hacer y me inventaría una actividad. Creo que antes de elegir qué hacer, elegiría con quiénes hacerlo, y de ahí ver qué cresta. Sin el agobio de la necesidad del dinero, y con la disposición a derrocharlo (no todo, nunca tan gilipollas) buscaría influir (no estoy pensando en política, por si acaso) para agregar un color más a la vida de quien quiera dejarse influir. Una revista, una editorial, una escuela, un taller, cualquier cosa expresiva, sin andar analizando públicos objetivo, mercados y todas esos andamios de lo concreto. Pico.

Hace poco fui a la inauguración de una exposición de unos amigos hecha a partir del archivo fotográfico del diario Fortín Mapocho (QEPD). Además de emocionarme por darme cuenta de haber vivido una época que se me hace ya lejana (la que ha vuelto también por otras felices circunstancias) –recordando, por ejemplo, haber leído de un kiosko el titular "Corrió solo y llegó segundo" de cuando ganó el No– me impactó la razón por las que se fundó el medio: había que hacerlo. Punto.

¿Qué huevada HAY que hacer, ahora, hoy, rai nau? Pagar el dividendo. Cresta. Espero no caer (o recaer) en la nostalgia de lo que fue urgente (lushar contra la dictadura y sus secuelas), porque ya todo está muy aburrido. Ya, OK, está lleno de grandes urgencias, pero no son las mías, y si la época de Fortín fue de gesta, fue porque todos los putos días grises aquellos tocaban los cojones de todos (el gran cojón colectivo). Ya, caló en mí el modus vivendi neoliberal, pues no creo en "utopías" ni "ideales" (solo escribir esas palabras me da lipiria, por eso las comillas), y –pa remate– pienso que quién anda a cristazos con ellas son gente de lo más sospechosa. Ya, lo que sea. La cosa es que siento que la derrota del hastío está en un recodo extraño de la vida que aún no descubro.

En fin, me fui en volá, son más de las siete y no acostumbro a hacer horas extras.

Abrazos

Episcolario 4

Por GB, desde alguna ciudad del país del norte

Saludos,


Cada vez que se realiza una elección en Chile suele salir un siútico
(de preferencia algún político de esos con apellido compuesto) y decir
que acabamos de presenciar una "fiesta de la democracia". No puedo
estar más de acuerdo. La democracia que conocemos me parece algo tan
serio como una fiesta, de preferencia una de esas en que llegabas con
diez amigos colados, se iban directo al trago y alguno de tus
paracaidistas se desubicaba y terminaba echándole la foca al dueño de
casa.

Yo acabo de sobrevivir a una de esas "fiestas de la democracia". Fui
"capitán de recinto" de uno de los lugares de votación del caucus de
Nevada. No sé si cachas lo que son los caucus (yo terminé de entender
el sistema el mismo día en que se efectuó), pero son algo muy distinto
de una primaria pese a que cumplen el mismo fin: en palabras de
periodista engrupido de CNN, "elegir al próximo líder del mundo
libre". En fin, en los caucus la gente no vota, sino que simplemente
se presenta al recinto, se agrupa con los demás partidarios de su
candidato y es contada a dedo. Tal cual. A dedo. De ahí se determina
el número de delegados que gana cada candidato. Como podrás
imaginarte, el tipo que encargado de contar a los asistentes perdía la
cuenta a cada rato. Todo el mundo gritaba y se empujaba. Yo hacía como
que hablaba por celular. No podía dejar de pensar en la ironía de esta
gente que manda "observadores internacionales" hasta para las
elecciones de presidente de curso de un liceo en Venezuela y sin
embargo sus propios comicios son un desastre. Te juro que he visto
quemas de brujas más civilizadas que un caucus en Estados Unidos.
Pienso que como mínimo estas elecciones debieran ser monitoreadas por
cascos azules o, en el peor de los casos, personal de firmas como
Blackwater.

Tú sabes que al contrario de muchos intelectuales de patio
universitario, no me vienen reacciones alérgicas ante la sola mención
de EEUU o sus habitantes. Como bien decías en tu mail anterior, la
estupidez se reparte homogéneamente a lo largo del planeta (con la
excepción de Chilistán, por supuesto. Si hubiera un Google Earth para
mostrar las zonas más estúpidas del planeta, ya sabemos cuál país
brillaría más visto desde la estratosfera). Ciertamente no creo, como
dijera una compañera de curso nuestra, que "Estados Unidos es un
paladín de la democracia y eso es un hecho objetivo". Ese debe haber
sido uno de los momentos más cómicos de nuestro paso por la
universidad (aunque pensándolo bien, no). No es necesario aprenderse
una letra de alguna canción de "Los Miserables" o pasearse con un
libro de Galeano para saber de qué estamos hablando. Basta con ver CNN
y lo que está pasando en Irak. Sin embargo, tampoco me parece que a
este país se le pueda criticar de forma ramplona, con análisis
sustentados en años de ver "El Show de Bill Cosby" y un viaje a
Disneyworld cuando chico. Dicho eso, creo que la democracia en este
país ya no es una fiesta, sino más bien una fiestoca.

Tú idea de los microcuentos en los envases de shampoo me parece
simplemente genial. Para los que se inclinen a leer obras de mayor
aliento, podríamos hacer lo mismo, pero en el papel confort. De todas
formas, creo que a la luz de los resultados de las mediciones
internacionales de educación, el chilistaní promedio no alcanzaría a
leer un microcuento en el baño ni aunque estuviera enfermo de la
guata. Lo último que leí es que habíamos subido en el ranking y que
las autoridades pertinentes se golpeaban el pecho cual King Kong
arriba del Empire State, jurando de guata que sus reformas están
teniendo efecto y que los ingenieros en computación de Bombay y
Calcuta temen por su estabilidad laboral ante la arremetida de los
estudiantes chilistaníes. Creo que por el momento Palestina sigue
estando por sobre nosotros, lo que me parece pone las cosas en
perspectiva. Si el pequeño Hassan puede rendir mejor que un chilistaní
en una medición internacional mientras aprende a esconderse debajo de
su escritorio cada vez que escucha el ruido de una bomba, no veo cuál
es el motivo para alegrarse.

Leo con desazón acerca de tu disgusto por Apocalypto y La Pasión de
Cristo. Esta última debe ser una de las mejores palizas
cinematográficas jamás filmadas y hasta que la CIA deje de destruir
sus videos con sesiones de tortura o bien los desclasifiquen para que
nuestros nietos los puedan ver en Youtube, creo que nuestro instinto
sadomasoquista no tiene más opciones de ser sublimado. Algo
interesante sobre La Pasión es la adhesión fanática que generó entre
los mismos círculos que defendían la censura de La Última Tentación de
Cristo o que lloriquean porque películas como Rocky IV (el mejor
largometraje sobre la Guerra Fría jamás filmado) son muy violentas. De
hecho, para no ser acusados de hipócritas, un año después de su
estreno acá se exhibió una versión editada de la película para toda la
familia. La verdad, sólo he visto la original y creo que si le quitas
las escenas violentas no te puede quedar más que una sinopsis de 2 o 3
minutos. Si fuera creyente, no me imagino disfrutando de una película
en que le pegan a mi dios por dos horas y media y, aparte de los
gritos de dolor, no entiendo qué es lo que están diciendo. Lo más
cercano a alguien que admiro es Rocky Balboa y nunca me ha gustado
presenciar sus golpizas a manos de matones como Mr. T o Iván Drago. De
hecho, siempre las adelanto hasta el round 14 o 15, cuando se
recupera, gana y el doble de Gorbachev se retira indignado. Quizás si
La Pasión hubiera tenido un round 15 hubiese sido una mejor película.
En fin, si quieres ver una sátira despiadada de Mel Gibson y sus
películas, busca o baja el capítulo de South Park dedicado a "La
Pasión". Nunca me reído tanto.

Ok, sonó el silbato y debo volver a la fábrica. Un abrazo y estamos hablando.

La amistad queda intocada

(paya'e tuki que inaugura nuevo blog)

si sólo pa esconderme
tengo pena y pene...
Mejor te venís a verme
Y nos tomamos un "eme"

"Ché copete", eso me ofende;
La farándula es dinero.
Mi rotería no vende:
Soy picante, no cuatrero.

continuar leyendo y conocer blog "payeros a dos manos"

martes, 22 de enero de 2008

paya anatema contra el nuevo che copete

Por Christian Craddock, desde Sevilla

los piojos de a uno
queda el de sevilla
me sacudo el hombro
desde la otra orilla

uno que habla de su pico
y lo acaricia cual muñeca
el otro cree que innova
pero corre que tropieza

seguir leyendo...

viernes, 18 de enero de 2008

payas pa tuki

Mala les viene la trilla,
háganse un nuevo rebenque
miren a este arenque
con el pico sin chasquilla

re fácil es decir teta
melón, melame y tuki
harto burda tu treta
ándate a hacer reiki

no te sale lo de cuma
erí demasiado fino
cervezas no, sólo vino
es una wea de cuna

no le pegai al acuño
de roterías forever
te tiro el manso chuño
con mi pistola de quáker

te pasa por gilberto
quedaste como burro
te pongo el chino tuerto
te parto el cortachurro

todos se ríen, seguro
es muy fácil tirar mierda
la última, lo juro
¡toma mi collar de perlas!

este es mi arrebato
pa ponerte en tu lugar
a ver si podí payar
con el poto turulato

no entremos en el juego
del kike morandé
tómate un café
anda calmando el ego

acá nunca la regla jue
no decir groserías
yo no soy niun juez
pero respeto a tu tía

es cosa de amistad
y de ser caballero
te tuve harta piedad
ya eres mi llavero

los piojos de a uno
queda el de sevilla

jueves, 17 de enero de 2008

Episcolario 3

Don,

Me he reído de buena gana con tus impresiones sobre Chile, pero no me deja de sorprender tu alta preocupación por el debate patrio (o sea, la farándula). Si hubiese sido yo el que se fue a vivir a Washington, me habría olvidado ya rumbo a Pudahuel de quién es Viñuela, el Chico Pérez o Mauricio Israel. De hecho eso trato de hacer, evitando –por todos los medios posibles– exponerme a la televisión o a Las Últimas Noticias. Sin embargo, estando acá, es imposible abstraerse e igual termino sabiendo algunas de las andanzas de famosillos de poca monta.

La decisión de nunca más ver televisión chilena fue gatillada por la indigestión que sufrí esos días en que jugó la selección. No fui al estadio (julio martínez) y tuve que ver los encuentros por TV. El patrioterismo barato propio del fútbol, sumado a la campaña de la Teletón, dispuesta justo para esas fechas y transmisiones, me provocaron una irritación intestinal terrible, que incluso hoy, escuchar la palabra “chileno” (léase en tono de cántico de estadio) me da náuseas.

O sea, te cuento, me encuentro totalmente fuera del debate público, porque ya tampoco me banco leer las conspiraciones de La Tercera ni las fomedades de El Mercurio. Prefiero –sin duda– leer los componentes del shampú mientras cago (que siempre fue la noble y simbólica instancia en la que me hacía parte del quehacer chileno y mundial). Esto me recuerda mi idea de escribir microcuentos para diversos adminículos de baño. Sería un éxito, aumentarían exponencialmente los índices de lectoría (y las consultas por hemorroides), o al menos los resultados serían bastante más auspiciosos que los que se proyectan para el maletín literario. Si ningún editor nos pesca pronto, podemos ir a vender la idea a la industria química y cosmética.

No quiero ser majadero, pero me es indispensable comentarte lo del nuevo nombre del Estadio Nacional. Alguna vez acuñé la frase “la condición simpsoniana de la existencia” y –creo– aplica a la decisión de ponerle Julio Martínez al principal coliseo deportivo del país. Es sacado de Los Simpson. Ya veo el guión; muere Kent Brockman, Springfield sale en procesión, ocurre la canonización y el alcalde Diamante –para tapar su ineptitud al manejar la salida abrupta del equivalente a su ministro del interior– bautiza el estadio de la ciudad con el nombre del inimitable periodista.

Sería cómico, sino fuera porque es indignante. Para mi, el último periodista que merece el nombre de algo público es Marat, el de la Revolución Francesa. Después de todo ningún colega (en especial los dedicados al deporte) puede esperar aplausos por el desempeño de un oficio que requiere –en su escencia y constitución– de escrúpulos evanecentes, vanalidad pétrea y una altisonancia en el lenguaje indirectamente proporcional a la solidez de los argumentos, además de un desprecio absoluto por el tiempo propio, que muy pocos seres humanos logran (y los que lo hacen sin ser periodistas, al menos ganan plata, lo que los redime).

Gracias a Los Simpson no comparto tu tropicalofobia. Es decir, considero que es bastante universal un comportamiento humano simiesco, dadas ciertas circunstancias. Los alemanes con Hitler, los británicos con la cerveza, los gringos con su bandera, y así. O sea, discuto que nuestros países sean los reservorios de la estupidez humana, aunque nuestra natural inclinación a la exhuberancia haga que se note más.

Sobre las grandes diferencias entre subculturas del país, creo que –por lejos– la más interesante es la que divide a pelolais de pokemonas. Es más, ahí se juega el destino del país.

Para el año nuevo fui a una fiesta pelolais en Las Condes y quedé absorto. Había cerca de 200 pendejas cuya principal preocupación era conocer el pedigrí de los asistentes (a menor pedigrí, mayor potijuntés). Abordé a una, y la primera pregunta que me hizo fue de qué colegio salí. De inmediato comprendí que no había caso, que había un abismo insalvable, no porque el “manuel de salas” sea picante (que lo es), sino porque nunca me podré adecuar a alguien cuya primera aproximación para conocerte sea esa. Tienen una manera muy rara de olisquear esas niñas.

De pokemones cacho aún menos, pero de primeras me cae bien que sean desfachatados y desprejuiciados, y por sobre todo, que tengan una expresión tan, pero tan fuera de referente con el mundo adulto. Ya me tocará charlar alguna vez con alguno. Si se diferencian, así como creo, de las pelolais, mi voto va pa ese lote.

Lo último, ayer vi Apocalipto de Mel Gibson, pese a que juré nunca más en la vida ver algo de ese insoportable, y confirmé todos mis prejuicios. Nunca había visto una película tan mala leche, cuyo subtexto, todo el rato, era dar cuenta de la pesadilla cultural y religiosa que supuestamente era la vida precolombina maya. No puedo dejar de hacer el paralelo con "La Pasión de Cristo": mientras su dios (el de Gibson) era un dechado de virtudes beatíficas, el clero maya queda como un grupo perverso y manipulador, sediento de poder y sangre, el que será destronado –para alivio del espectador– por los europeos que desembarcan al final de la película, salvando al protagonista y su monógama familia (y con eso a todo el pueblo maya), quien antes debió escapar del sacrificio humano (gracias a un eclipse, cuando ya estaba listo pala foto), de una pantera y de unos guerreros apolíneos invencibles (musho).

En común, ambos filmes rebozan de una violencia definitivamente morbosa (la sangre de utilería debió ser un significativo ítem de presupuesto para las dos películas) y comparten un sentido barroco, militante, religioso y sanguinario, muy similar al arte de los jesuses claveteados y sangrantes que podemos ver en las iglesias más añosas.



Eso.

Andrés

Calzón no uso: calzoncillo

Por Tuki Ceballos, desde Paris
(que se subió a la moto)

Pie forzado igual te dejo:
¿e onde viene tu mala leche?
Es que se me pasa el tejo
Leyendo sus escabeches.

¡Tan sensibles, Señorías!
Parecen corte de reyes.
Si esa es la orden del día
Calmaré entonces mis bueyes.

Los creía yo más rotos,
¿No era yo al que dicen cuico?
Se les amojonó el poto,
Se les encogió el pico.

Juro no más garabatos,
¡Pero chitas que me cuesta!
Soy de ojota, no’e zapato.
Paya fina sí que apesta.

Adecentaré el lenguaje
Pero no lloren piedá
Si no se quitan el traje,
Que la paya no es bondá.

¿Sino pa’ qué me han llamado?
¿Querían refranes franceses?
Si no soy na’ diputado,
De ilegal ando hace meses.

Me conocen de hace años,
Rotería no me falta,
Mejor enróllense un caño,
Rájense con unas maltas.

Cuando queden bien doblaos,
Y afloré la honestidá,
Reconozcan que he ganao:
Es la mínima verdá.

Cómo tengo yo razón
Al otro pie doy con fuerza:
(Se han quedado sin calzón
nada tapa sus vergüenzas)

Calzón no uso: calzoncillo.
Y en pelota se los muestro,
Escondan su pedacillo
Tengo más pene que el vuestro

Coprolálico me puse,
Es que el pie se ofrece pa’ eso.
Si ya no quieren que abuse
Piensen más, no sean lesos.

Mala les viene la trilla,
Háganse un nuevo rebenque

miércoles, 16 de enero de 2008

paya vamo (va mi palabra)

pie forzado igual te dejo:
¿e onde viene tu mala leche?
a don tuki no lo fleche
es claro que es pendejo
es claro que es pendejo
de payas nadita cacha
ni cachará cuando viejo

éste es como un hacha
más bien su guillotina
nunca es cuando atina
sólo mata cucarachas
sólo mata cucarachas
le olvido el español
o le faltan buenas cachas

su idioma está en formol
no lo pescan ni en francés
bastante menos en inglés
tiempo que no hace un gol
tiempo que no hace un gol
anda de lo más frustrao
por eso es que tanto faul

de regreso al arao
sin tanto tonto insulto
suelten ya el manso bulto
que sus versos son pesaos
que sus versos son pesaos
los míos más ligeros son
creo que ya he ganao

se han quedado sin calzón
nada tapa sus vergüenzas

paya vamo (los improperios de tuki)

Por Tuki Ceballos, desde París

¿Te hai cacha’o perla,

Japines escritor,
que con mi color
no podís hacerla?

Gracias a mis payas,
rimas hechas de oro,
se te calló el loro:
¡quédate en la raya!

¡Buena, Don Renato!
ese es gran consejo:
Japines pendejo,
cállate un buen rato.

sé que del Ecuador
heredaste labia,
pero gente sabia
duda de tu tenor.

mira que tus glosas,
más que convencernos,
son clichés de invierno:
frías y lluviosas.

Óyeme y atina
vos que soi consultor:
ríndete a la calor,
y usa la piscina.

¿quién es Pastelero?
¿dónde está su nombre?
veo que responde
y créese primero.

Ya no entiendo cuántos
pasan por payeros.
son todos pajeros,
poetas sin canto.

Buenos pal apodo,
poco nombre propio,
ocultos como opio,
puros punta y codo.

Digan su apellido,
tránsfugas caballos.
aquí este Ceballos
los dejó rendidos.

Esta sí es carrera,
gano con ventaja.
paren con sus pajas
o les doy de a veras.

¿A quién más me clavo?
¡denme mi galvano!
o les parto el ano
vates de a centavo.

Paya vamo (la venganza de pastelero)

Por Christian Craddock, desde Sevilla

Estos versos tienen
destinatario algo friki
Pupi hay quien le dice
pero su gracia creo es Tiki:

fácil es caer en insulto
ahora te lo demuestro
con el siguiente denuesto
guardaré mi yo más culto:

(seguir leyendo...)


martes, 15 de enero de 2008

Episcolario 2

Por GB, desde Las Vegas


Querido Andrés,


Disculpa la demora en responder, pero por primera vez en mi vida digo la verdad cuando digo que "he estado ocupado". De hecho, he estado ocupado estos últimos tres años, que me imagino compensa lo desocupado que estuve (o estuvimos) los 30 años anteriores. Todavía no sé qué tan lejos vamos a poder llegar con ésto. La mala leche de nuestros correos privados es como los hongos: crece en lugares oscuros, pero muere a la luz del sol o el escrutinio público. No tengo idea qué prestigio o buena fama queramos proteger, pero mi intrínseca cobardía (y la tuya) hace que me controle y no diga nada que después pueda ser "googleado" en mi contra. Tengo la secreta y absolutamente irreal esperanza que algún editor nos descubra y quiera publicarnos, por lo que no se nos puede pasar la mano como en privado. En cierta forma, es como la ilusión del chileno pusilánime que es muy cagado para comprarse un boleto de Lotería y sin embargo sueña con ganársela, convertirse en millonario, hacerle un cara pálida al jefe y no volver a trabajar en su vida.


De todas formas, esa es la única esperanza que albergo y como sé que es inalcanzable, no me preocupo. Dejé de tener metas a los veinte años y desde entonces he sido medianamente feliz sabiendo que no participo en la carrera y que más bien soy uno de esos que mira a los tarados correr y, si me siento generoso, les extiendo una botella con agua por entre medio de la cadena humana de pacos que protegen el desarrollo normal de la maratón. De vez en cuando me río del que se cae de cansancio o del que respira por la boca y ya no da más, feliz en la seguridad del que no arriesga nada.


Como sabrás, hace poco anduve por la gloriosa República de Chilistán ®, donde ser tonto es un símbolo de estatus. Podría hablarte de cosas como el Transantiago y otros asuntos que como chilistaní en el exilio me resultaron novedosas, pero ese tipo de blancos dejémoselo a gente como Dino Gordillo o Bombo Fica.


Lo que sí hice como estudioso de nuestro país (uno de mis sueños frustrados es abrir una cátedra de "cultura chilistaní" en alguna universidad gringa) fue ver todos los matinales y en especial los programas como SQP y sus clones. Para acceder a la señal internacional de TVN acá, tendría que suscribirme a un paquete especial que incluye Univisión, Televisa, TV Azteca y todas las estaciones caribeñas y de Centroamérica que no sean piratas, por lo que llevaba harto tiempo sin exposición a la tele chilistaní y mi curiosidad era grande. Lo que más quería era ver en persona a toda esa gente que sigo a diario en LUN: Adriana Barrientos, Giovanni Ananías y la Rancherita, sobrenombre que me convence que a pesar de todo lo que pueda alucinar Andrés Velasco, para el 2010 vamos a seguir siendo subdesarrollados. Por más que nos hablen de proyectos bicentenarios y otras alucinaciones de pastabaseros con postgrado en Harvard, Chilistán jamás se va a convertir en Chilistown, un Hollywood pero con gente más fea.


Hace años que vengo diciendo que la línea del ecuador se movió al sur y ahora atraviesa Santiago. Ya no nos podemos reír de esos países que algunos descalificaban estúpidamente como "tropicales" porque nos hemos convertido en uno de ellos y no importa cuántos maletines literarios repartas, la cosa no va a cambiar. La lápida de cualquier esperanza que alguna vez tuve para Chilistán fue el constatar que ahora tenemos nuestra propia versión de ese programa en que una jueza con túnica y martillo resuelve problemas domésticos y cada cinco minutos hay que separar a la querellante para que no mechonee al marido que la engañó con la vecina.


Creo que estos programas sí dejan secuelas permanentes y los efectos son visibles. Después de años de no andar en Metro me encontré con que las nuevas estaciones parecen jardín infantil o por lo menos decoradas por niños con síndrome de Down, llenas de flechas de colores en el piso y en las murallas para indicarle a la gente dónde tiene que ir, pese a que las opciones son sólo dos. Lo único que falta es que pongan flechas de neón para que los usuarios sepan que la escalera mecánica que desciende sirve efectivamente para bajar de nivel. Si no hubiera escaleras, estoy convencido que la gente caería al andén en fila, como un juego de Tetris, pero con personas.


Los debates ya no son entre pipiolos y pelucones o la Concertación y la Alianza, sino entre pelolais y pokemones. Vamos a llegar a un punto en que la gente va a ir caminando por la calle, va a ver su reflejo en una vitrina y se va a poner a ladrar. No es que acá el gringo sea más inteligente (de hecho, no es el caso), pero es desolador ver cómo germinaron las semillas que plantó el Team Mekano.


En fin, eso me pasa por ver tele en vez de reconectarme con las bellezas turísticas de Santiago como las baldosas de Plaza de Armas, el Omnium y la pujante galería comercial de la estación de metro Escuela Militar. No sé si uno idealiza todo porque está afuera o porque sigue creyendo la propaganda goebbelsiana de los años 90 que nos repetía que Chilistán dejó de ser latinoamericano y que deberíamos comprarnos un terreno en Europa y cambiar al país de casa. De todas formas, creo que Chilistán no era así hace 10 o incluso 5 años atrás. No sé que me depare en mi próximo viaje, pero pienso que es una de las cosas que debiéramos comentar para una de nuestras próximas reuniones, en esos diez o quince minutos en que las cervezas todavía no hacen efecto.


La radio reloj de mi hotel me dice que son las doce de la noche, así que interrumpo esta transmisión. Un abrazo.

-GB.

lusyzombra

lightness
luminiscencia

diáfano velo

darkness
opacidad

lúgubre manto

no hay diferencia

las antorchas son
a sus sombras

lo que el miedo
a la pantera

sol y eclipse

illuminati
idea prístina

una liebre cae
crucificada por
fuego y plomo

encandila
la candela

arde la hoguera
de la luz
de la razón
corazón

oculto

fotones
bastones
conos
frecuencias
retinas
conciencias

lo culto

brillos
destellos
estrellas
colores
rayos
matices

blanco invierno
luces frías

gris perla
babas de ostra

negro azabache
trópico oscuro

está claro
el tropismo

claroscuro

lunes, 14 de enero de 2008

Subiendo el nivel de payas

Los eché de las pistas
poetas charchas, subí la vara
miren a esta avispa
la cebrita con más rayas
la cebrita con más rayas
rebuzna sin un talento
no sabe nada de payas

pa algo hay pie forzado
aprende más del respeto
te lo digo bien concreto
franchute mal educado
franchute mal educado
ya me dio poca e rabia
ahora sí tai cagao

dándole con buena labia
voy a dejarte chicoco
si pa algo tengo coco
es pa tener lengua sabia
es pa tener lengua sabia
y darte la mansa lección
no erí bueno pa la talla

pa eso yo soy el campeón
no voy a seguir dándote
que me le olvida otro
que es mi amigo Tanón
que es mi amigo Tanón
también por voh insultado
el gil merece atención

si se fijan he innovado
octosílabas perfectas
voy a llegar a la recta
más fresco que un pescado
más fresco que un pescado
complejizo cada renglón
¡a quiénes le han ganado!

No tengo algún parangón
cayeron bien derrotados



Poetas charchas, subí la vara

Por Tuki Ceballos, desde París

Me desafían a pelear un round
Jornalistas malos pa’ la rima
Que se encaraman en la tarima
Como si fueran estrellas del sound.

¿Desde cuándo que se creen tan best
Este par de semi analfabetos?
Gratuitamente lanzando retos
Cuando no leen ni el reader digest.

Un día: que soy afrancesado.
Al otro: que les enseñe a payar.
¡Por pista de huano le voy a dar!
Par de mojones maleducados.

Aquí se paya bebiendo Ricard,
Hacen versos en alejandrino.
Yo opto por la copa de vino,
Decasilábicos voy a intentar.

Del viejo continente les digo
(Famosa cuna de la libertad,
Donde parieron la modernidad)
Hace su frío, mejor me abrigo.

Eso sí, no idealizo tampoco
A estos galos que miran a huevo.
¡Si una puta visa de renuevo
Cuesta casi una chupá de coco!

He oído que en Andalucía
La cosa es como en nuestro Chilito:
Ni regalao ni tan carito,
Y sudaca hasta la policía.

Eso sí supe que los gitanos,
Casi más que los yonkis en pena
Con los brazos pinchado’en las venas,
Son tratados de parias urbanos.

De este lado de los Pireneos,
Aunque con mejor Estado social,
La vida se hace difícil igual
Pa’ mi fenotipo na’ europeo.

¡Pa’ qué comparar tanto el asunto!
Si las Uropas ya nadie alaba.
En todas partes se cuecen habas,
Desarrollo y miseria van juntos.

¿A ver cómo les quedó la cara
Con mis métricas sociologistas?
Los eché cagando de las pistas.
Poetas charchas, subí la vara.

viernes, 11 de enero de 2008

diálogo episcolar 1

Estimados lectores:

Suelo sostener un diálogo epistolar muy cómico con mi amigo GB, por muchos de ustedes conocido. A veces nos hemos llegado a desternillar de la risa con observaciones, imprecaciones o simples giros en las expresiones.

Incluso pensamos publicarlos alguna vez, pero revisando su contenido nos percatamos que eso significaba –como mínimo– demandas por injurias y calumnias, o el ostracismo. Como alternativas, teníamos editarlos para desclasificarlos en 100 años, cuando nadie se acuerde de nosotros ni de las personas de las que nos burlábamos, o darles un carácter anónimo o seudónimo. Ninguna de las dos opciones nos satisficieron. Una porque nadie se iba a interesar en publicar las cartas de dos periodistuchos cuyo máximo éxito literario es sostener un blog con 30 visitas diarias. La otra, porque en realidad nadie se va a interesar nunca en las opiniones destempladas e insultivas de dos tarados verborreicos, que más encima no se atreven a dar la cara, y que jamás dirían lo que dicen en público.

Ambos hemos cambiado (los 30 años), y ya ninguno de los dos es un ayatola de la provocación, pero el bichito quedó, por lo que decidimos intentar retomar la actividad epistolar, pero –ahora– públicamente, para comentar asuntos humanos varios. Esperemos que la pasteurización –necesaria, para seguir perteneciendo a la comunidad– no desnaturalice el producto.

Si se pone fome, vamos a ser los primeros en reconocerlo.


Acá va:

Don Chalín:

Viste, al final se concretó nuestra ambición, aunque de la manera más cobarde. En fin no se parecerá a las noches de los dos borrachos que solíamos ser de jóvenes –cuyas conversaciones se asemejaban más a las de dos jubilados sacados de kafka, pasadas por el guión de monti paiton– pero tal vez al menos podamos reproducir nuestras intervenciones en ágoras más públicas, en las que en vez de acusar a un zopilote X de "matecachas, rastrero y ladrón", lo vamos a cuestionar por su "pronunciada inclinación hacia sus propios intereses". En vez de "agueonao", va a ser "mentecato", y así...

Claro, con X, da igual, porque es una abstracción, veremos cuando se cruce alguien de verdad, con honra y honor, y todas esas cosas que se cobran y pasan por caja. Ahora, no sé, tal vez la madurez nos lleve a otro tipo de diálogos, más edificantes, sin necesidad de imprecar a nadie...

En fin, mi amigo, estamos ya expuestos a nuestra propia hipocresía.

Saludos,

Andrés

sexta paya (que invita a tuki)

(su buena paya pastelera)

¿Si Violeta leyera esto?
¿a cual daría con un tiesto?
juego requete siniestro
¡rece ocho padrenuestros!

a la Violetita usté
ni naiden me la invoca
no la veo en interné
leyendo a vacas locas

yo ya sé pa donde va
aparece su molino
se cree un campesino
y no sale de la ciudá

¡vaya su contradicción!
payando en las Uropas
acusando a mis payas
de mucha civilización

no soy un campesino yo
tampoco lo es su mercé
dos ciudadanos de a pie
metiendo el manso toyo

usamos computadoras
con su sofguer y su harguer
y si tuvieramos que hablar
¡la pena conmovedora!

pero nos van los jilgueros
las matitas de alelí
y pa ser menos pajeros
invitamos a don tukí

que tercie en este juego
buenaza labia tiene él
le pagamos cuatro tragos
y va payando en francés

pie forzado pa mi amigo
¿cómo payan los de París?

jueves, 10 de enero de 2008

paya la quinta

(contestación on time pastelera)

¿Cómo le gusta la vida?
¿lenta, rápida, sin medida?
preguntita con opciones
¡fomes las contestaciones!

si el tiempo preocupa
mala señal se asoma
no lo diga ni en broma
será mejor que escupa

o es que tiene el temor
que lo acusen de lento
no importa si hay calor
siete loas al Pulento

me cago en ser más veloz
no nací pa ser piloto
otros prestarán el poto
a esos que se creen dios

dicen tiempo es dinero
yo ando en bicicleta
mil autos van sin cerebro
y no conocen la meta

todo tiene su ahora
y su propósito de ser
no hay que cachar la hora
para llegar a saber

cuando se pierde el cuando
se va la oportunidad
no es solo en navidad
la fecha para ir dando

no es antes no es despúes
sino justo en su tiempo
ahí despavila don Andrés
y dice es el momento

no sigo con estas artes
la cocina es tu fuerte
donde cueces y recueces
lo que más te apetece

para que tú veas que yo
no te escurro el bulto
super diferente de voh
lo que es un mal insulto

no hablaste ni de fauna
ni palabra sobre flora
mucha es tuya la modorra
¿o mis payas te dan trauma?

sea local o visita
salgo siempre bien airoso
sin versos malos o sozos
en el tema que nos cita

¿como andamos por casa?
no me hable de fenicios

martes, 8 de enero de 2008

la cuarta payita

(ver contestación de Pastelero)

Si payar es lo que quiero
tomo clases con Pastelero
ahora pa hacerlo bien
ya tú sabes –pastel– con quién

la gracia está, amigo
en no cerrar mal el tema
resolviendo el dilema
no dejándolo contigo

pero es cierto confieso
que cantando suelto surge
son a son, verso a verso
la canción que más nos urge

yo pal amor soy porfíao,
generoso, voy de frente
hago todo diligente
pero no vivo de fiao

veleidoso soy a veces
y me voy sin querer volver
que en asunto de mujer
es bueno que bien lo pienses

y así me quedo solo
pa ver quien diantres es uno
sin andar como vacuno
pisoteando el suelo

ya llegará la estrella
colgadita de los cielos
que me saque de tontuelo
y me diga –gil– es ella

por mientras le doy pelea
cual tarro con más duraznos
el título de más asno
a ver si no se marea

yo voto por el fakin bush
su rebuznido se oye
y su coz puta que duele
deberíamos darle flush


¿vos pastel a cuál peregil
premiarías como el mandril?

lunes, 7 de enero de 2008

lobo estepario emancipado

por razones de pequeñez humana, al final nunca atendí bien las crónicas romanas de juan carlos santa cruz, por lo que él decidió hacer su propio blog. Así –para lavar la afrenta– los invito a conocerlo:

crónicas de un lobo estepario


viernes, 4 de enero de 2008

Estadio Nacional Julio Martínez



Me prometí que en mi blog no comentaría nada que haya pasado por un medio de comunicación, porque de eso ya hay mucho y es una lata, pero hoy la noticia de que van a ponerle "Julio Martínez" al Estadio Nacional, simplemente me hizo dar vuelta excepcionalmente mi decisión, por lo que a continuación publico la carta que en breve mandaré a los diarios y que nunca aparecerá en ellos:


Sr. Director

Hay cosas que simplemente son indignantes, por lo superfluas y borreguiles. Muere Julito Martínez, y los medios y la fauna salen en orquesta a canonizar al –supuestamente– prohombre del periodismo chileno. El acabose: la Presidenta Bachelet (¡la Presidenta!) aprobando llamar al Estadio Nacional “Julio Martínez”.

Vergüenza.

Sé que es de mal gusto hablar mal de los recientemente muertos, pero ¡por favor! ¿En qué JM fue particularmente destacado, salvo en el hablar florido?

Definitivamente nadie merece que el histórico Estadio Nacional –en las que tantas cosas han pasado, con muertos, torturados y todo– lleve el nombre de un periodista que nunca se jugó demasiado por nada, salvo por su mujer (lo que es loable, pero simplemente no da…)


Es la estupidez total. Es como que en 50 años más exista el Court Central Fernando Solabarrieta, el Teatro Nacional Gonzalo Valenzuela, el Teatro Municipal Salo Reyes, la Biblioteca Nacional Enrique Lafourcade o el Palacio La Moneda Michelle Bachelet.


Capaz.