Míster:
Con calor no hay caso.
Entiendo perfectamente al protagonista de El Extranjero que se pitió un árabe porque tenía calor. Ya sabía ya que el trabajo es un castigo divino. Lo dijo claro el mandamás a adán, "pagarás con el sudor de tu frente". Eran otros tiempos, en los de ahora, de oficinistas curcos, se paga con el sudor de las bolas, de tanto estar sentado frente a una pantallita. En definitiva, nunca voy a entender frases tales como "el trabajo dignifica" o –peor– "el trabajo hace libre". Si fuera digno y libre, hace rato estaría en la fuente alemana en calzoncillos, en vez de estar acá escribiendo estas languidecencias. Bien. Es cierto, debería estar trabajando, que pa'lgo me pagan, pero –juro por todos los santos del cielo– que si pudiera venir con shores y polera, mi rendimiento sería mayor, y probablemente ahora no tendría nada imperioso que decirte.
Empecé esta carta con el talante de mi amigo Patolín, quien en su blog las arremete contra todos los grisoscuros de la "vida" laboral. Y en verdad, desde que empecé a trabajar con la formalidad debida, han llegado varios flashbacks provenientes de los tiempos del liceo, en los que había que despertarse todos los putos días a una misma hora, usar una ropa claramente impuesta y hacer el amén a un alguien que está por encima tuyo. Lo peor de todo, es que esos tiempos "dorados" estaban diseñados para preparar al pupilo para una vida tinterilla como ésta. Samsa.
Este rato, frente al computador, siento que escribo para sublimar la libertad que en verdad no tengo, robándole –en una paradoja insoportable– una hora de MI tiempo al trabajo. Leo actualmente Plexus, de Henri Miller, que da cuenta del periodo en que se decidió a ser escritor, justo después de abandonar su puesto en la Compañía Cosmodemónica. Es una historia vital, que empuja e inflama el poder de la voluntad. Estoy lejos de dejarme arrastrar por ese tipo de ejemplos, pese a que mis ganas de mandar a dar por culo (¡es el calor!) todos los cursos por los que transcurre el éxito profesional. Lo haría, si tuviera una moderada sensación de seguridad de alcanzar otro tipos de logros importantes (hasta ahora nada bueno me ha traído ser capaz de tomarme hasta el agua del florero sin caer rendido ni dar jugo, lo que me recuerda una vez que mandé un currículum donde puse entre mis competencias la capacidad de ingesta de 5 litros de cerveza al hilo, jajajaja, menos mal que se lo tomaron a bien).
Quizá el problema está en que aún no sé distinguir lo importante y me mareo. O peor, no sé bien si existe algo realmente tan importante. No es por ponerme existencialista (pese al calor), pero la posteridad, la admiración y la gloria me parecen pálidas metas al lado de algunos placeres muy mínimos y evanecentes, como andar curao en bicicleta una noche de verano por avenida Irarrázaval. Cierto, para esos placeres mínimos requieres de mínimos recursos (de partida la bicicleta), que no nos llegan como a Juanito Yarur, y ahí entra a tallar el trabajo.
Muchas veces me he puesto a divagar acerca de qué haría si me ganara el Loto. Ciertamente dejaría mi actual trabajo de consultor (que cuando más entretenido es se parece a jugar ajedrez), pero a los tres meses de rascarme la guata no sabría qué hacer y me inventaría una actividad. Creo que antes de elegir qué hacer, elegiría con quiénes hacerlo, y de ahí ver qué cresta. Sin el agobio de la necesidad del dinero, y con la disposición a derrocharlo (no todo, nunca tan gilipollas) buscaría influir (no estoy pensando en política, por si acaso) para agregar un color más a la vida de quien quiera dejarse influir. Una revista, una editorial, una escuela, un taller, cualquier cosa expresiva, sin andar analizando públicos objetivo, mercados y todas esos andamios de lo concreto. Pico.
Hace poco fui a la inauguración de una exposición de unos amigos hecha a partir del archivo fotográfico del diario Fortín Mapocho (QEPD). Además de emocionarme por darme cuenta de haber vivido una época que se me hace ya lejana (la que ha vuelto también por otras felices circunstancias) –recordando, por ejemplo, haber leído de un kiosko el titular "Corrió solo y llegó segundo" de cuando ganó el No– me impactó la razón por las que se fundó el medio: había que hacerlo. Punto.
¿Qué huevada HAY que hacer, ahora, hoy, rai nau? Pagar el dividendo. Cresta. Espero no caer (o recaer) en la nostalgia de lo que fue urgente (lushar contra la dictadura y sus secuelas), porque ya todo está muy aburrido. Ya, OK, está lleno de grandes urgencias, pero no son las mías, y si la época de Fortín fue de gesta, fue porque todos los putos días grises aquellos tocaban los cojones de todos (el gran cojón colectivo). Ya, caló en mí el modus vivendi neoliberal, pues no creo en "utopías" ni "ideales" (solo escribir esas palabras me da lipiria, por eso las comillas), y –pa remate– pienso que quién anda a cristazos con ellas son gente de lo más sospechosa. Ya, lo que sea. La cosa es que siento que la derrota del hastío está en un recodo extraño de la vida que aún no descubro.
En fin, me fui en volá, son más de las siete y no acostumbro a hacer horas extras.
Abrazos
11 comentarios:
Hermano, véngase de estudiante a las Uropas, que tiene cevé de sobra pa' vender a los financistas y aún la edad justa, no sea gil, el dividendo se paga dejando el bien raíz en arriendo, si hay diferencial negativo, puta, hay Ale, ya nos tocará a nosotros tratar de entender las taras de nuestra descendencia, piénselo en serio, usté que es estudioso ¿qué le hace el agua al pesca'o? Oye tu plexus, en año y medio vas a ser capaz de ingerir 10 litros al hilo...
y por mientras que juntas ganas , planes y dinero para viajar ,te recomiendo disfrutar del placer de andar curao en bici por calles mas piolas como simon bolivar o duble, por ejemplo (no te vaya a atropellar otra micro), y aproposito de eso, el otro dia estuve con un amigo ciclista furioso y me conto que cuando te atropellaron ellos hicieron una cicletada en apoyo a guille y fueron todos en bici a chilevision (???)en el camino a una señora se le cortaron los frenos en la bajada frente al edificio sta maria y termino partiendose la cabeza al final de la calle (reclamaba por el uso y respeto a la bici como medio de transporte y andaba con los 2 frenos malos y sin casco, me dijo)
no es tan distinto a andar curao por irrarazabal , asi que por ultimo usa casco
Dones:
Antes que juntar plata pa irse pa las uropas, lo que debería hacer es juntar ganas de estudiar, y como saben, a eso le dediqué como 7 años de mi vida, por lo que dejo en salmuera ese asunto, por ahora. Distinto sería, irse a aplanar calles o a trabajar, inclusive.
Sobre andar curao por irarrázabal, mi irresponsabilidad no es tan alta. Primero, ando a altas horas de la noche, o sea, sin tráfico ni micros. Segundo, siempre uso casco. Tercero, andar por Simón Bolívar o Duble Almeyda me parece más peligroso, por lo estrecho de esas calles y lo rajados que van los autos. A todo esto, en Dublé Almeyda hicieron una ciclovía ridícula, diseñada seguramente por alguien que en su vida ha andado ni en triciclo. Estrecha, con curvitas huevonas y bifurcaiones para vadear árboles por las que no pasa ni un gato de lado... vayan a conocerla, llega a ser chistosa de tan mal hecha.
Salú
y lo peor es que en simon bolivar hicieron una igual y si no la ocupai y te vas por la calle, te hechan el auto encima y te tocan la bocina, linda la huea..
Esas dos ciclovías (paseos recreacionales, les dicen) tienen el sello del alcalde Sabat, quien entre sus sus "aportes" a Ñuñoa se cuenta el arruinar su belleza con los edificios más feos que en época alguna se hayan construido en Santiago. Por eso al final me vine a vivir a Providencia, pese a que mi primera adscripción identitaria era ser ñuñoíno (antes que santiaguino, shileno o ecuadorian)...
O sea que prefieres a Labbé que a Sabat (te estoy hueveando). Yendo al grano, secundo la moción de más arriba (creo que las iniciales de su autor son CC y si le achunté, un saludo para él). Estás puro hueveando y llevo años escuchando la cantinela que te vas a ir a Alemania, España, etc. y por mientras te limitas a comer completos en la Fuente Alemana (aunque no en calzoncillos) o pedalear en estado de intemperancia por Irarrázaval con Chile-España. Tienes la capacidad de sobra para mandarte a cambiar. No es necesario que estudies y de hecho, te recomendaría que no lo hicieras y simplemente trabajaras. Objetivamente, nada te detiene más que tu mamonería de jugador de fútbol chileno que echa de menos a su mamá y las minas teñidas de la K-Mazú. No nos estamos volviendo más jóvenes. No tienes por qué quedarte para siempre, si no simplemente vivir en otros lugares por un tiempo mientras puedes y no estás casado, con hijos, etc (y, por cierto, ni siquiera eso es un impedimento). Por último, te vienes para acá. A estas alturas, ni siquiera hay que hablar inglés.
A propósito de tu incidente con la micro, acabo de recordar una situación relacionada. El día que te “atropellaron”, un amigo en común me llamó desde ¡Inglaterra! Para saber cómo estabas. Este fue el diálogo:
“¿Viste lo que le pasó a Andrés? ¿Está bien? ¿Estaba sobrio?”
“Huevón, ¿cómo que si estaba sobrio? El accidente fue en la mañana”
“Repito mi pregunta: ¿Estaba sobrio?”
No voy a revelar la identidad de la persona para proteger a los inocentes. Tu episodio dio para una semana entera de cobertura en LUN pese a que es el accidente más falso que haya visto desde que el Cóndor Rojas se tajeó la cara o Kenita Larraín llegó al aeropuerto en silla de ruedas. Te paseaste por los medios cuál vidente de Villa Alemana. Creo que hasta convocaste a una conferencia de prensa. Lo único que te faltó fue mandar a hacer poleras.
(De ahí respondo tu carta como corresponde)
Algún día contaré los pormenores de ese accidente, el que –si bien no fue grave– existió... es cierto, me entrevistaron en vivo del matinal del 13, estando en línea con el subsecretario de transportes, a quien foquié de lo lindo, jajajajajaja.
Bueno, de esos tiempos que tengo pasta de asesors. Por la misma época hicimos con feña y un gringo amigo (edward Blumenthal) una polémica que llegó a los diarios sobre el nombre de la avenida 11 de septiembre. Ya antes, fui de los creadores de la campaña política de la escuela de periodismo de la católica, que más risas ha causado...
JAJJAJAJAJA, se nota q el calor te tiene enfermo.
Animo q ya se va enero y podras disfrutar de tus merecidas vacaciones en un lugar fresquito!
Que gracioso lo de tu accidente en bici, en el momento no lo fue, pero ahora me da risa, sobre todos esos comentarios q si andabas curao, a mi tambien me lo preguntaban...pobre, tenis fama.
ya, cariños para todos, espero verte luego, esta ves espero q no tan cansado.y el teatro?
Si fuera cierto aquella frase "El trabajo te hace Libre" (Arbeit Macht Frei"), probablemente no la habrían puesto en la entreda a Auschwitz.
El primer comentario que hice, lo escribí habiendo leído apenas el primer párrafo ... sin siquiera intuir lo que se venía.. pero bueno, a veces hay que hacer las cosas así creo, al pirmer impulso, sin esperar a tener la "visión global", ni los "cálculos listos", no. Si la cagas, la cagas, que tan terrible va a ser, la hemos cagado antes y lo vamos a seguir haciendo (uso el plural, no para acompañarte en el arte de cagarla por la vida como un gesto de solidaridad, sino porque simplemente es cierto).
En fin, quizás baste con no renegar, si somos "medio existencialistas al peo-deslavado de los posmodernos años 90", mala cuea, así somos; y de vez en cuando, sea porque se está aburrido y cagao de calor en el trabajo (ir todos los días a una oficina a hacer una wea que podrias en otra parte o sin cumplir horarios, es una webada, sí con W); sea porque se está lejos, y el aburrimiento se divierte agarrándole el culo a la nostalgía. -- Al margen: Porque si señores, es cierto (aunque sea politicamente incorrecto decirlo), cuando se esta en un país hermoso, rico (culturalmente hablando), entretenido, variado, donde se come excelente, y la politica es una broma, cuando se estudia algo interesante, .. pero cuando uno sabe que es un poroto en una ensalada de lechuga (o radicchio, pa que suene más siutico), siempre vendráel momento del cansancio y hasta el aburrimiento ... ¿a quién le digo todas las weas que se me ocurren? ---
(volviendo del margen) .. sea porque uno se despertó disperso (como yo hoy); sea por lo que fuere, tenemos todo el derecho a patalear, a mandar un ratito a todos a la mierda (o a varios al menos), tenemos derecho a estar chatos, cabizbajos, cansados , apestados , aburridos , hastiados , disgustados , a andar meditabundos , a sentir fastidio o molestia por el estado de las cosas ... En fin, hoy es el día de las ramas, y claramente me fui por una ... Y nada más estimado, toda la paja previa se resume en: "Haga la wea que quiera."
Una contribución para la analogía entre la pega y el colegio. En la pega, al igual que en el colegio (yo no fui al liceo), uno se alegra los viernes en la tarde y se entristece los domingos después de almuerzo.
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