Páginas

viernes, 28 de septiembre de 2007

fe de errata


Por un inexcusable error me referí a un comentario dándolo por dado por el inefable, pero como el inefable es así, inefable, y pese a que me dijo que escribiría, no lo hizo, y me equivoqué.

Quien sí lo hizo es Cristián Reyes, un amigo matemático que las enseña aplastando las tristes conciencias de los profesores del ramo, porque las descubre en su belleza cósmica.

Por ejemplo, a él le escuché decir que la mente humana no está hecha para concebir el infinito, entre otras cosas, porque no le cabe el que sean igual de infinitos el conjunto de números naturales (1, 2, 3, 4...) y el conjunto de números primos (1, 2, 3, 5, 7, 9, 11...), porque los primos son subconjunto de los naturales y por tanto deberían ser menos ¡o menos infinitos! lo que es una contradicción lógica.

A él también le escuché decir que todas las matemáticas parten de axiomas –afirmaciones fundamentales dadas por ciertas sin discusión– tan arbitrarios que da pavor pensar que sobre ellos se han construído las catedrales de la ciencia. Un ejemplo simple: "1+1=2", es cierto si y sólo si el primer 1 es igual al segundo, y al parecer no existen dos gotas de agua iguales.

Bue! no sigo, que no queda bien que alguien como yo dé lecciones de matemáticas, pues me cuesta hasta calcular cuántos segundos tiene un reloj. Aunque pensándolo bien, eso no importa, ya que –según Cristián– el área del cerebro en el que se alojan las capacidades aritméticas es totalmente distinto al de las del álgebra y la geometría, lo que explica muchas cosas acerca de mi rendimiento en la materia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese seco de Cristián Reyes, además de saber demasiado, explicarlo preciso y hacer que una entienda, es muy chistoso. Las cosas de las matemáticas son mágicas, igual que las de la física y tanta cosa que no sé. Me acordé Leighton, el físico gigante, que me contó la linda historia (mucho más mística, hay que reconocerlo) de los trabajadores del tiempo (anticipándose mil a matrix. Unos años, diría yo), que son los responsables, por ejemplo, de que no encuentre por ningún lado mis llaves, me dé vueltas como trompo y nada hasta que de pronto las muy se encuentren frente a mi pecosa nariz. Son especies de errores del tiempo, o sea, estos trabajadores se quedan dormidos o quizá parrandeando, leyendo algo o mirando a las niñas lindas, la cosa es que en un momento determinado (quizá por las maldiciones que una se pone a decir) cachan la onda y hacen su pega, que es, más o menos, mantener todo en su lugar. Estos trabajadores son conocidos popularmente como duendes, creo. Claro que sin esos sombreros ni zapatitos ridículos.

El pastelero dijo...

Que me sienta como rey no es lo mismo que tener apellido Reyes, pero puede que un Reyes se sienta como rey leyendo lo que de él ha escrito este adorable redactor. Divertido. Justo lo que le faltó a mi profe de matemáticas en el colegio. Lo que fue Pinochet para la política, lo fue esta profe para las matematicas en mí. No se puede andar diciendo que se es "apolítico" sin caer en la contradicción de estar hablando de política a la vez.
En mi caso, no puedo decir que las matemáticas "me la sudan" (dicho a lo eshpañol me hace gracia), porque cuando aparece alguien como el honorable redactor de este blog, mencionando a otro honorable que dice que dijo eso de las matemáticas, ya empiezo a ver números, probabilidades y ecuaciones (mal hechas tal vez) por todos lados. Por ejemplo:
2x(siento la demora en el comentario) + wena/wena [guatón] = te comenté y vo no...
jjj
abrazos