lo acaba al alba
metálico
empuñadura de plata
frío resplandor
zizea al rajar el aire
pero no se oye
luego crepita
pero no se oye
crepita en segundos extensos
alcanza a entibiar
inhala frío
exhala calor
alcanza a existir
una mañana
una mañana muda
que volverá a ser esperada
un retorno universal
que desvía el tiempo obtuso
su línea férrea
su ir firme al despeñadero
(¡qué vocación de ocaso!)
a un grito de alto
las calderas del infierno se apagan
las resonancias de la máquina
se extinguen en fade out
y aparece el territorio
con sus rumores de siempre
y que me trague la espesura
me degluya el misterio
renazca hecho un mito
transversal y arcano
local
una guaca celeste
como un rostro de piedra
un cóndor
una serpiente
una libélula
o el rugido del jaguar
que impugna un pensamiento
y subvierte los hechos
de una simple mañana
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