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viernes, 6 de junio de 2008
el banquero anarquista y el general del pueblo
Hace poco leí el libro de Pessoa "El banquero anarquista", cuyo personaje sugiere que es inútil la eliminación física de los representantes de las “ficciones sociales” que consagran un orden establecido de cosas, porque éstos reaparecen constantemente como esporas, sin que haya verdaderos cambios, y se corre el riesgo adicional de proveer de mártires a lo instituido.
Desde luego Pessoa plantea un juego retórico que incomoda e indigna. La conciliación que se hace de la contradicción flagrante entre ser banquero (y representante de las ficciones sociales) y a la vez anarquista, se realiza a través de sofismas lógicamente impecables, pero cínicos y falsos en lo profundo.
Para desarrollar el auténtico anarquismo, el banquero anarquista propone la liberación personal (porque la colectiva genera jerarquías indeseables) de las múltiples ficciones sociales que evitan la liberación humana (por ejemplo, el matrimonio, la ley, la nación). Para él la más importante es el dinero, razón por la cual se hizo banquero, de modo que nunca más esa ficción lo constriñera de forma alguna. Venciéndola, es decir, llenándose los bolsillos con ella, triunfaba el anarquismo…
La cabriola es notable, aunque desde luego podría haberse cuestionado a través del ejemplo de Gavrilo Prinzip, que con su bala contra Francisco José desmoronó para siempre el imperio austrohúngaro y el prestigio y poder de las monarquías.
De hecho, la cabriola es tan buena que aplica en Chile hoy. Hace muy poco presenciamos un funeral digno de Julio César, en honor al general director de Carabineros. “El general del pueblo”. Por favor, explíquenme cómo un representante de las fuerzas de orden, prácticamente desconocido hasta su muerte, se transforma en una figura popular. “General” y “pueblo” son dos palabras que juntas sólo pueden ser síntoma de tiempos duros.
¿Qué pasa? No dudo de la calidad humana de Bernales, ni que la policía ahora no es la de antes, la que degollaba, ni que es una fuerza de orden inédita en América Latina, porque no es tan corrupta (digo “tan”, porque cualquiera que haya tenido el infortunio de que una patrulla lo choque sabrá que eso no es tan así). Pero ¿puede ser llamado “general del pueblo” alguien cuya institución bajo su mando acribilló a un obrero forestal, asesinó por la espalda a un comunero mapuche y abatió a un estudiante universitario?
Tras la muerte de Bernales –que insisto sin ironía, era una buena persona, porque le consta a mi familia que lo conoció– nadie hizo una evaluación de su gestión, en especial respecto al uso de la represión. O sea, nadie tampoco se acordó de las imágenes de carabineros apaleando estudiantes secundarios y periodistas, ni del reportero gráfico que perdió un ojo este 21 de mayo cubriendo una protesta que todos los medios calificaron de inofensiva.
Nada. Parece que necesitamos mitos y ficciones. Se ha vuelto costumbre endiosar chilenos de porte medio, como Lagos o Julio Martínez (¿será la cercanía al bicentenario?). En fin, tampoco parece ser nuevo, después de todo a Ibáñez –fundador de la policía militarizada de Chile, inspirada en los Carabinieri italianos de Mussolini– le llamaron el “general de la esperanza”.
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7 comentarios:
Hace algunos días me sentí un extranjero en mi patria...
Sin duda la muerte de Bernales es lamentable, por las circunstancias (volvía de las compras que realizó en la zona franca de Ciudad de Panamá,... en helicóptero.... junto a su señora y el resto de los personajes... ) pero, realizar estos funerales que fueron prácticamente un acto de apoteosis... francamente exajerado...
Si bien planteas la necesidad de héroes, o más bien ídolos... yo quisiera dar otro punto de vista...
Me parece que este tipo de actos es fiel reflejo de la sociedad chilena... en cuanto ama el autoritarismo, que sus "líderes" les hable golpeado... la figura paternalista... el clientelismo... etc... etc...
Sociedad absolutamente militarizada, reflejada en discoteques (fíjense que todos bailan en ellas bien formaditos, en fila generalmente), funerales, tribunales, plazas (hay que hacer un esfuerzo para encontrar un monumento que no sea dedicado a un fatídico milico), sociedad fundada en el autoritarismo, que bien dejara plantado el despreciable D. Portales (que porsupuesto, tiene su monumento en la plaza de la constitución... fenómeno risible al menos, siendo él un violador de ellas desde sus inicios (recuerden la rev. conservadora de 1829)) ...
la verdad no se por qué me sorprende... pero no deja de molestarme... por ejemplo la circunstancia que los canales de televisión y los medios en general hayan hecho una omisión tan grande respecto a aquellos hechos que enturbian la historia democrática como los nombrados por Andrés...
FFAA DEMOCRÁTICAS???? El miércoles carabineros realiaba disparos al aire con sus armas de servicio para dispersar manifestantes... fiel reflejo que la impronta democrática en ellos no existe y que no son más que una tropa de fascistas bien disfrazados para agradar al gobierno de turno y obtener los puestos deseados...
Hablando de plazas, pronto veremos otro monumento dedicado a aquel personaje, como también ya está promulgado el oprobio de nombrar al Estadio Nacional, lugar de hechos reprochables por esencia... con el nombre de un "periodista" que jamás tomó posición alguna respecto a los acontecimientos que le tocó vivir...
me siento un extranjero en la patria...
No puedo sino estar deacuerdo con ambos. Y solo agregar un ejemplo más a los ya mencionados..
Por diversas circunstancias, el viernes tuve que estar durante 6 horas frente a una comisaría (36° de La florida) esperando que soltaran a un estudiante, que fué detenido durante el intento de una toma. Independiente lo los riesgos, que sabemos que implica llevar a cabo estas acciones, cada uno de estos 61 estudiantes tiene derechos mínimos que no fueron respetados ni durante la detención ni durante su estadía en la celda. Partiendo por haberlos tenido detenidos 12 hrs, dando distintas excusas burocráticas a los familiares que desde las 9 de la mañana se instalarón fuera de la comisaría a preguntar por sus hijos. a las 19 hrs soltaron a los tres primeros, por ser menores de edad, y cada 45 min o una hora soltaban a 3 mas...
Por fín a la nueve recibímos al pequeño (de pequeño en realidad no tiene mucho), y venía palido, de hambre frío y cansancio. Comenzaban las insistentes preguntas sobre si habría sido golpeado, a lo que respondió "a mi no me pegarón, pero a otros chicos sí" y luego dijo: pero nunca en mi vida me había tratado tan mal, desde terrorista, asesino, comunista... y distintas agresiones psicologicas, amedrentamientos que un niño de 16 años no debe por que escuchar, y menos aún cuando por lo que luchan es totalmente justo.
Que verguenza y tristeza me dá...
De que democracia nos querían convencer?
(Gabriel...! tu también bailas en las discoteques?!) un abrazo a ambos.
Creo adivinar cómo es que ese paco mutó en mártir, igual son presunciones con cara de certeza.
Los periodistas somos unos pajeros y al final preferimos ser novelistas o cuentistas e inventar personajes para el público.
Por esto, creo que no es más que lógica vanguardista lo del banquero anarquista: es inevitable pisarse la cola cuando se habla de poder (o de conocimiento). El título "El banquero anarquista" no puede ser más evidente.
¿Se puede destruir el "poder" sin hacerse de él? ¿Se puede conocer algo cabalmente sin convertirse en ese objeto? ¿Se puede hacer noticia sin ficcionar?
Cuando se hace filosofía no hay un sistema formal, científico, donde contrastar las ideas y acusar contradicciones. Pueden, eso sí, haber incompatibilidades y en retórica éstas se combaten con la ficción. ¿Y eso hace Pessoa, no?
No he leído el libro que citas pero me parece que Pessoa como habitante de las vanguardias es un hincha-pelotas (en wena eso sí) y lo que quiere con su retórica es que te incomodes y te indignes. O te rías o te llores.
En el absurdo y la incompatibilidad está en su salsa.
Y, sr. Japinés, heterónimo amigo de mi amigo, creo que ud. ha caído en la espiral: para ud. un (SU) anarquista no puede ser un (SU) banquero. Pero en la ficción sí.
Lo mismo el General del pueblo. ¿O no habían Buendía coroneles del pueblo y tb contra el pueblo en Cien años de soledad?
Lo malo de todo esto es cuando se mete la CIA y deja la cagá.
Digo eu...
Atte.
el pastelero
En otro blog alguien hablaba de esa necesidad tan típicamente chilistaní del “acto cívico”, con muestras histéricas de afecto hacia gente que uno no conoce y ceremonias amilicadas, con desfiles y la música a cargo de la sonora “Orfeón de Carabineros”. Esa urgencia por convertir la muerte o bien un accidente en una “tragedia” (existen pocas palabras más manoseadas) ha sido impresa en nuestros cerebros desde el primer día de clases en el jardín infantil.
Otra muestra similar de euforia telenovelesca que también es producto de esta mentalidad de acto cívico es esa estupidez de cantar la canción nacional a grito pelado y con la mano en el corazón. Gente que no alcanzó a completar ni el nombre propio en la parte de historia chilistaní de la PSU siente la necesidad de entonar el “puro Chile” para un partido de fútbol (o un funeral) como si en ello se les fuera la vida. Es cierto que cerebro y Chilistán son palabras que suenan raras en la misma frase, pero en este caso se aplica. Yo no veía una muestra de oligofrenia colectiva similar desde los tiempos del vidente transexual de Villa Alemana. Esta es la misma gente que años atrás se juntaba en la plaza pública y después salía antorcha en mano a quemar la caza de una bruja o el castillo de Frankenstein.
Gracias por vuestros comentarios.
Ahora, me gustaría compartir el siguiente video. Les mando el link, porque no sé como cresta pegar un video de youtube en el blog:
http://www.youtube.com/watch?v=qitzgwKrc1c
Tratando de desligarme un poco de la historia de nuestras histerias colectivas, las chilenas y las del resto de la humanidad, y nuestra necesidad de autoritarismo; prefiero buscar una explicación un poco más insustancial.
El nombre "General del Pueblo", es pura retórica emanada de la imagen construida de un tipo aparentemente campechano y de hablar simple, con "cara de pueblo" como diría alguien por ahí, no como el anterior que tenía "cara de zopenco", por ejemplo.
Ahora bien, toda la parafernalia montada, funerales apoteósicos, discursos grandilocuentes, especiales de prensa, multitudes en las calles, todo aquello es simplemente espectáculo, show, puesta en escena, nada más.
Un día lloramos por la teletón, un par de días después ni nos acordamos que existen los lisiados, luego salimos a empelotarnos todos porque vino un gringo a sacar fotos, luego lloramos todos por los cabros de Antuco, luego vamos todos a seguir a una mona gigante que trajeron de Francia, luego volvemos a llorar por la Teleton, o vamos a Plaza Italia lueo de haber ganado un partido intrascedente a Perú, y así sucesivamente ...
Pasó hasta con la Gladys Marín (si toda la gente que fue a su funeral hubiese votado por ella , habría salido senadora); pasó cuando murió Pinocho sea para celebrar o para ir a "pintar el mono" delante de la tumba, sea por lo que fuere, el rasgo esencial se mantuvo inalterado, "pintar el mono" ...
En resumen, somos un pueblo al que le gusta el show y las "pintas de mono", no se trata de buscar heroes o ídolos, en un par de semanas nos olvidamos ... Nosotros lo que necesitamos es show, TV, cámaras, webeo ... a falta de carnaval, nos valemos de estas excusas para pintar el mono en la calle... nada más.
Saludos
PD: Acompañando en el extrañamiento a Gabriel, puedo decirle que yo me siento un "apatrida", asqueado de mi Estado y rechazado por él; visto con sospecha por uno extranjero. Quizás por ello mi única divisa es alba, con un indio en el pecho.
hopolapa,
estuve un rato "traqueteando" por tu blog. buen nombre "japines". de este post paso de comentar xq conci al hijo mayor (iba un curso mas abajo que tu, mismo colegio, pero promocion '94) y ahi todo cambia de perspectiva...
en fin, de todo lo otro leído, me gustó mucho lo de la pena negra/perla gris.
Saludos... a ver cuando paso otra vez. L.
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